¿Qué tal si el contacto es el #NuevoMoneyball?

Image credit: © Scott Tattsch-USA Today Sports

Traducido por José M. Hernández Lagunes

Hace unas semanas, pregunté si había una posible solución al problema de los ponches. Tal vez podríamos utilizar la antigua #GoryMath para resolver el problema. Para repasarlo rápidamente:

• Las tasas de abanicada han tendido a aumentar durante la última década, pero alrededor de 2014, comenzamos a ver que la tasa de contacto comenzó a caer, y en los lanzamientos donde es especialmente inoportuno hacerlo. Por ejemplo, el primer lanzamiento de una aparición al plato (línea azul). Y… los lanzamientos con dos strikes (línea naranja).

• Existe el obvio problema de los ponches que conlleva, pero al menos hubo algún beneficio. El SLG en contacto subió durante ese mismo tiempo. Los bateadores abanicaban muy fuerte en caso de que hicieran contacto.

• Aunque esto hace que el béisbol se vea horrible, podría funcionar. Si los jugadores estuvieran registrando más dobletes y cuadrangulares, y eso compensara el aumento de los ponches, entonces estaría justificado hacerlo. El problema es esta gráfica:

Esa es la expectativa de carreras promedio agregada para todas las apariciones al plato que llegaron a una cuenta de dos strikes, desde 1993. Sabemos que se inclina negativamente, porque los bateadores están al borde del ponche, pero ¿tienen que ayudar tanto? Durante la época de “abanica bien duro por si acaso”, el costo de los ponches ha superado a los hits de base añadidos.

El hecho de que los bateadores obtengan algunos hits de extra base me hace pensar que es una elección consciente de venderse a cambio de poder. Si los lanzadores simplemente los aniquilaran con su material, entonces podríamos ver que los resultados globales de bateo bajan.

En teoría, bastaría con echar un vistazo al tercer gráfico para que todo el mundo dijera “Ah, claro… probablemente no deberíamos hacer eso”. Si todo lo que se necesita es mostrarle a alguien un gráfico, las cosas serían muy diferentes para los humanos. Creo que tenemos que lidiar con el hecho de que podría haber algo más que impulsa este efecto. Una pieza de la que hablé hace unas semanas fue que con la *ejem* bola más viva que ha estado en circulación en los últimos años, los bateadores pueden decir honestamente que abanicar muy fuerte podría dar resultado. La pelota estaba dispuesta a ayudar.

Tenemos que hablar de esto un poco más. Hasta el domingo, los equipos de la MLB estaban bateando una media de 1.08 cuadrangulares por partido. Si lo miramos en comparación con los últimos años, los cuadrangulares han bajado. Llegamos a un máximo de 1.39 hace apenas tres años. Pero mirémoslo en un contexto histórico. Entre los años 1994 y 2003—este último año fue cuando la MLB comenzó a realizar pruebas anti drogas para mejorar el rendimiento—los equipos promediaron 1.07 cuadrangulares por partido. Puede que los cuadrangulares hayan disminuido, pero siguen volando a un ritmo que se aproxima a la *ejem* era de poder de mediados y finales de los 90s.

Creo que tenemos que escuchar un poco cuando escuchamos historias sobre cómo los jugadores están analizando el juego. Las quejas empezaron sobre todo con el reajuste defensivo del cuadro, y tienen razón. Los equipos son mucho mejores ahora en el posicionamiento defensivo que nunca. Desde 2017, el BABIP de toda la Liga ha bajado de .300 a .290. Parte de eso es un aumento en los elevados, que tienen un BABIP más bajo, y una disminución en los roletazos, que son comparativamente más propensos a encontrar un hueco. Hay menos incentivos para poner la pelota en juego porque el otro equipo te tiende una trampa. Los bateadores dicen (de forma anónima) que se sienten frustrados, y algunos han intentado batear la pelota a donde los jardineros no pueden atraparla.

Si vamos resolver esto, tendremos que abordar esa frustración. Tal vez podamos evitar que los jugadores abaniquen desde sus talones, traer más contacto de vuelta al juego, incluso aunque signifique conectar unas cuantas bolas más al reacomodo para un out del 5 al 3 al campo jardín derecho, y renunciar a algunos de esos cuadrangulares, pero reduciendo los ponches y con más bolas en juego, acumular algunos cuantos sencillos más. Sin embargo, va a ser extraño batear en algo donde sabes que el otro equipo está al acecho.

Si miramos el gráfico de probabilidad de carreras añadidas de arriba, podemos ver que el efecto de este nuevo enfoque de bateo es de alrededor de 0.01 carreras por aparición al plato que llega a dos strikes. Parece una nimiedad hasta que te das cuenta de que el equipo promedio en 2021 tiene 3,247 apariciones al plato que llegaron a dos strikes. Estamos hablando de un valor de alrededor de 30 carreras.

¿Podríamos recuperar esas carreras? Nuestro colega Joe Sheehan hizo una pregunta en los comentarios de ese artículo de hace un par de semanas que vale la pena responder. Si fuera tan fácil como que los bateadores cambien su enfoque, sería genial, pero también sabemos que los lanzadores han estado lanzando cada vez más fuerte y con más movimiento. ¿La disminución de los resultados con dos strikes se debe a que los lanzadores se están volviendo temibles en su capacidad de torcer las leyes de la física?

¡Peligro! ¡Detalles matemáticos explícitos a continuación!

Dado que el gráfico anterior se remonta a 1993, incluyendo varios entornos diferentes de anotación de carreras, queremos asegurarnos de que nuestros números de dos strikes no son el resultado de los cambios en general. Cuando comparamos lo ocurrido en apariciones con dos strikes con la media de la Liga, seguimos obteniendo la misma forma básica del gráfico.

Si la adopción de un enfoque más orientado al contacto en la caja de bateo puede recuperar algunas de esas carreras perdidas que el “abanicar muy duro en caso de que le pegues” puede regalar, entonces deberíamos ser capaces de ver eso en los datos. Hay algunos jugadores que simplemente son mejores al hacer contacto en otros (o que hacen más de un punto para hacer contacto.)

Utilizando los datos de 2021, vi todas las apariciones al plato que llegaron a un conteo de dos strikes. Busqué cuánto valor produjeron (de nuevo, expectativa de carrera agregada) como una función de tres cosas: el promedio general de la temporada del bateador para la expectativa de carreras agregadas, la expectativa de carrera promedio del lanzador cedida para la temporada (ahora, sabemos que no es “bueno, los mejores lanzadores/peores bateadores terminan en cuentas de 2 strikes más a menudo”) y la tasa de contacto general del bateador para el año.

La regresión mostró lo obvio de que tanto la expectativa de carrera del lanzador como la del bateador sumadas eran un predictor significativo, pero la tasa de contacto seguía siendo significativa en el modelo. Utilicé datos de 2019, 2018, 2017, 2017-2021, 2012-2021… todos salieron igual).

Los bateadores con mejores habilidades de contacto tienen mejores resultados en cuentas de dos strikes, es que la tasa de contacto en toda la Liga ha caído unos tres puntos porcentuales desde 2014. Si volvemos a nuestras regresiones de hace un momento, el efecto que tendría el aumento de las tasas de contacto en un 3% es de alrededor de 0.005 o 0.006 carreras por aparición al plato con dos strikes. Aproximadamente la mitad de lo que los bateadores han estado renunciando al usar su “abanicada muy fuerte”. Los equipos probablemente no puedan recuperar las 30 carreras que han perdido. Parte del descenso en los resultados con dos strikes se debe probablemente a que los lanzadores son mejores (y se utilizan con más eficacia) ahora que antes.

Si el “abanicar bien duro en caso de que hagas contacto” es realmente una elección consciente, tal vez los equipos podrían convencer a sus jugadores para que le bajen. Incluso si se recuperan entre 7 y 10 carreras por conseguir que los jugadores se relajen un poco, eso es mucho valor sólo por cambiar el enfoque de su personal.

Todo el mundo quiere saber cuál es el #NuevaMoneyball. Tal vez es sólo hablar de sus bateadores de los malos hábitos.